Como ya comenté antes, ayer nos dió tiempo a visitar rápidamente el Museo del Apartheid.
La entrada impresiona bastante, una para negros y otra para blancos. Te hacen sentir diferente desde el princípio y te intentan poner en la posición de una persona de color durante esa época. Nosotros entramos por la de los negros, y aunque quisieras pasar por donde los blancos no podías.
Sólamente los blancos tenían lo que viene a ser un DNI con número de identificación, incluso la población india tenía derecho a ser un número, por desgracia los negros no tenían ese derecho.
Todo el mundo debía pasar bajo la mirada un comité que decidía si tenías derechos o no.
El museo tiene un aire moderno y sobrío, al mismo tiempo te hace sentir como si estuvieras andando por una carcel.
La verdad es que se te ponen los pelos de punta al ver y conocer esas historias que nos hacían tan diferentes en Sudáfrica.
Lo peor de todo es que el Apartheid se mantuvo hasta mediados de los 90.
Besos, saludos y abrazos.
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